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Para quienes hayan dañado sexualmente a un niño o joven y estén dispuestos a asumir su responsabilidad.
En Hidden Water, hacemos una importante distinción entre quien ha perjudicado sexualmente a un niño o joven y quien lo ha hecho y está dispuesto a asumir su responsabilidad.
Recibimos con los brazos abiertos a quienes están dispuestos a emprender el camino de la responsabilidad y a hacer lo posible por sanar.
Unirse al círculo PÚRPURA es entrar en un espacio sin prejuicios con otras personas que han causado daños sexuales y hacer el duro trabajo de asumir la responsabilidad. Se tenga o no acceso a la víctima o a otros seres queridos afectados, este trabajo es un esfuerzo individual para sanar a través del reconocimiento de la verdad y la comprensión de los elementos que conducen al daño.
Los participantes de color morado tienen un asiento completo en la mesa Hidden Water .
La mayoría de los que hemos causado daño sexual a un joven pasamos por un periodo de negación de lo que hemos hecho. Es posible que aún estemos minimizando el impacto o inventando excusas sobre por qué sucedió, y tal vez incluso nos veamos a nosotros mismos como la víctima. Entendemos que la vergüenza se atenúa a través de estos mecanismos de afrontamiento. Es una etapa en el proceso de curación, pero ahora estamos listos para dar un paso adelante hacia la siguiente etapa. Necesitamos apoyo para superar esas defensas y enfrentarnos de verdad al daño.
El PÚRPURA Circle es un espacio en el que cada persona tiene la posibilidad de superar sus límites y sostenerse en la verdad a su propio ritmo. Permitirnos sentir todo el peso del impacto negativo, que a menudo cambia la vida, que hemos tenido en otra persona. Esto sólo puede ocurrir en un espacio seguro, en relación con quienes nos comprenden y no nos juzgan. Necesitamos a otras personas que nos permitan encontrar nuestro camino hacia la responsabilidad sin distorsiones, pero sin perder nunca de vista nuestra humanidad.
Los participantes de color PÚRPURA pueden sentarse a la mesa en Hidden Water. No privilegiamos un color sobre otro, aunque todos tenemos un trabajo diferente que hacer. Nos esforzamos por conseguir seguridad, sanación y comprensión en cada color. Entendemos que una parte crucial del proceso de curación es pasar tiempo haciendo nuestro propio trabajo interno con otras personas que conocen el camino hacia la curación. A medida que más personas que han causado daños sexuales den pasos hacia la curación a través de la responsabilidad, más vendrán.
Todos tenemos un papel que desempeñar.
Nadie hace daño en el vacío. Todos los daños, la curación y la prevención dependen de la salud de los sistemas que nos rodean. Cuando trabajamos juntos, el participante PÚRPURA que recorre el camino de la responsabilidad de forma poderosa, desempeña un papel importante en la curación de todos. Hemos visto que cuando cada uno de nosotros hace su trabajo y se muestra solidario con los demás, podemos provocar un cambio que lleve a todos a una mayor comprensión, a la liberación de algunos aspectos del trauma y al valor para evitar que el próximo niño vulnerable sufra daños.
Todos podemos curarnos de cualquier cosa, si sabemos cómo hacerlo y contamos con el apoyo necesario.
Más información sobre la estructura y el proceso de los Círculos de Sanación.
El objetivo de nuestro programa es llevar a nuestros participantes, aproximadamente 300 al año, y darles la curación individual, la comprensión colectiva y la educación preventiva para detener el abuso sexual infantil antes de que empiece.